lunes, 16 de noviembre de 2009

Muralla de Roma


Historia
La creciente amenaza de las invasiones bárbaras convenció al emperador Aureliano de la necesidad de fortificar Roma con unas murallas adecuadas. La construcción de esta obra se inició hacia el 271 a.C. y en su perímetro encerraban toda la ciudad, excepto algunos barrios periféricos.

Para realizar la muralla se incluyeron y aprovecharon como elementos de defensa, numerosas construcciones ya existentes a lo largo del recorrido de la misma, tales como los muros de los jardines de los Acilios, el Castro Pretorio, los acueductos del agua Marcia y del agua Claudia, el anfiteatro castrense y la pirámide de Cayo Cestio.

La altura original de 8 metros de altura de la muralla se dobló a principios del siglo V tras la profunda remodelación realizada por orden del general Flavio Estilicón bajo el mandato del emperador Honorio.

Estas murallas sirvieron de referencia para fortificar villas y ciudades durante la Edad Media.

Descripción
El perímetro original de la muralla de Roma era de 19 kilómetros, de los cuales se conservan más de 12. Englobaban una superficie de 14 kilómetros cuadrados y sus paredes contaban con una altura original de 8 m. y un espesor de 3,5 m. Tenían forma hexagonal y contenían 382 torres, 7.000 almenas, 14 puertas principales, 5 poternas, 116 letrinas y más de 2.000 ventanas para las máquinas de guerra. El material empleado para su construcción fue en origen el ladrillo.

Los nombres de las puertas principales eran Flaminia (reconstruida en 1565 y reformada en 1879), Pinciana, Salaria (derribada en 1870), Tiburtina, Asinaria (incendiada en 1084), Metronia (reconstruida), Latina, Prenestina o Mayor (restaurada en 1957), Apia o de San Sebastián, Ostiense, Aurelia (derribada en 1664), Septimia (reconstruida en 1498) y Portuense (derribada).

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